Resistiré fue la novela que cambió la televisión argentina. A lo largo de sus 220
episodios, desde su estreno el 13 de enero de 2003 al final del 9 de diciembre
del mismo año, el programa revolucionó un género que, hasta allí, se manejaba
con reglas muy claras y rígidas. Resistiré vino a cambiarlo todo. Con
una temática que se alejaba de los ricos que se enamoraban de los pobres, o de
las historias de amor convencionales. Con un galán que tenía vetas oscuras. Con
una estética que todo el tiempo coqueteaba con el comic y con el videoclip. Con
un montaje que era protagonista, y una libertad artística que hasta su llegada
no se había visto en una tira diaria.
Protagonizada por un elenco liderado por Pablo
Echarri y Celeste Cid, el reparto incluyó las magníficas labores de Fabián
Vena, Carolina Fal, Tina Serrano, Claudio Quinteros, Daniel Fanego, Hugo Arana,
Leonor Manso, Romina Ricci, Malena Luchetti, Daniel Kuzniecka, Sandra
Ballesteros, Martín Slipak, Claudia Lapaco, Carlos Kaspar y muchos más. La
historia era la de Diego (Echarri), un sastre que se enamora de Julia (Cid),
sin saber que es la pareja del hombre para el que termina trabajando (Vena).
Las cosas se complicarán definitivamente para los enamorados cuando Diego
descubra que su jefe es la cabeza de una organización que comercializa el tráfico de
órganos, de sangre y plasma humana.
Si bien la novela no fue la más
vista de su franja durante el año, perdiendo la mayor parte de los días contra Soy
Gitano, Resistiré tuvo un capítulo final con 41.9 puntos de rating y
picos de 46.4; marcas que nunca fueron superadas hasta el momento por una
ficción. Lo que explica esto es el suspenso de la novela, que se acrecentó en
los últimos meses, generando un enorme boca a boca y un fanatismo tal que los
productores debieron armar un evento especial en el teatro Gran Rex, donde el capítulo final se
exhibió en pantalla grande, y junto a todo el elenco. La ficción fue galardonada
con el Martín Fierro de Oro, siendo reconocida como el mejor
producto de la televisión de su año. Ganó también a mejor novela, mejor director, mejor
autor, mejor actor para Fabián Vena, mejor actriz para Carolina Fal, mejor
actriz de reparto para Tina Serrano, mejor actor de reparto para Daniel Fanego,
y premio a revelación del año para Claudio Quinteros.
Aquí, repasamos diez grandes momentos de la
novela:
Cuando
Diego conoce a Julia (capítulo 1):
Si una novela se sostiene por una gran pareja, y si
una gran pareja se crea desde su primer encuentro, el momento en el que se conocen Diego
y Julia estuvo a la altura de las expectativas. El cruce se da recién al final
del primer episodio, después de que a Diego las cosas no le han salido nada bien. Su
novia lo engañó, lo estafó económicamente, y él debió volver a la casa de sus padres siendo un auténtico grandulón. El
trabajo es el único lugar para despejarse, por lo que llega temprano y, antes que el
local abra, una apurada Julia llama al negocio por teléfono y pide ser atendida. Diego
abre el local exclusivamente para ella y, al verla por primera vez y mientras se
acerca en cámara lenta hasta su encuentro, comienza a sonar el tema down with my baby, que se volverá
icónico en la novela, y puesto Nro 1 en las radios del país.
Cuando
ocurre el hilo rojo (capítulo 6)
Una verdadera pareja hace trascender el
romanticismo y lo erótico más allá del primer beso y de la primera vez que hacen
el amor. Los autores de resistiré bien lo sabían y por eso,
en el episodio 6, Diego va a buscar a Julia a una fiesta en donde ella quedó más de garpe que Nai Awada en el planetario. Bailan, se seducen, coquetean… y el vestido de
ella termina con un bretel roto en un mal movimiento. Avergonzada, se encierra
en el baño y Diego, que era sastre, acude a salvarla de su desgracia. Con un hilo y
una aguja comienza a cocerle el bretel, en una cercanía de cuerpos, miradas y
tensión sexual tan grande que la escena se volvió emblemática, y se ganó
varias parodias.
Cuando Mauricio
y Julia se comprometen (capítulo 35)
En ese rompecabezas de tramas que se cruzan, Diego
conoció a la triste Martina (Carolina Fal) en la fiesta del hilo rojo. Martina buscaba asesinar a Mauricio, el novio de Julia, por creerlo culpable del accidente en el
que murió su hijo. Y capítulo después Diego, decidido a proteger a su nueva amiga de volverse una
asesina, salva la vida de Mauricio cuando ella le dispara. Y lo que es peor para Diego, después de salvarle
la vida, Mauricio empieza a verlo como su mejor amigo. Lo admira, lo respeta,
lo quiere trabajando para él. Casi que podría decirse que lo quiere tanto como
a su pareja. Por eso es que, después de pedirle que le confeccione el traje
para su compromiso, lo invita a la fiesta. Y allí le presenta a su pareja,
Julia, a quien Diego reencuentra en las circunstancias menos deseadas… Pero más linda que nunca, porque Celeste Cid estaba en sus mejores años...
Cuando
Paco muere (Capítulo 48)
Uno de los momentos donde la telenovela gira
definitivamente hacia el policial... Después de que Diego empieza a trabajar con
Mauricio, y de que Paco (amigo de Diego) descubre que su novia lo icardió con otro, Paco va a buscar consuelo en Diego. Pero Paco le pifia al googlemaps del trabajo de Diego, y entra por error a una
casa prohibida –la casa de al lado-
de las tierras de Mauricio. Paco sale sin que sepamos a donde entró,
pero con más miedo que nosotros después de ver El conjuro. Y termina apresado por la gente que trabaja por Mauricio que, después de un
capítulo en el que lo hacen armar una carta de despedida y demás, lo asesinan.
La escena revela la importancia de lo que Paco vio, y de lo que es capaz
Mauricio y su gente. Pero también fue una muestra de que la televisión puede ser arte. En cámara lenta
seguimos la trayectoria de la bala desde el arma hasta Paco, mientras suena la
canción amnesia de Los Fabulosos
Cadillacs. Y vemos un encadenado de flashbacks de la vida de Paco antes de que
la misma se extinga, y él caiga muerto.
Cuando Diego
y Julia hacen el amor (capítulo 57)
Y, finalmente, llega el momento donde los
protagonistas hacen la chanchada. Las circunstancias no fueron las mejores,
ya que llega en el medio
de un robo –que es en verdad una amenaza hacia Mauricio- que los tiene como rehenes. Diego y Julia son encerrados en una habitación solitos y, en el medio de la confusión emocional por lo cerca que
estuvieron del peligro y de morir, terminan besándose, y no pudiendo contenerse
más. Comienzan a hacer el amor en un final de capítulo que incluyó más erotismo que todas las pelis de cincuenta sombras de Grey juntas, además de un desnudo
de Celeste Cid, y de los créditos de cierre de la novela apareciendo mientras se
oyen en off los gemidos de los dos protagonistas. Un recurso que fue una
innovación total para un desenlace de episodio de telenovela.
Cuando Diego
descubre la casa de al lado
Y al poco tiempo de que Diego y Julia se vuelven
amantes, pero antes de que dejen a sus parejas, un regreso inesperado de
Mauricio hace que queden al borde de ser descubiertos. Diego,
entonces, se escapa desnudo por donde puede… y tiene la mala idea de meterse a la casa de al lado. Allí, descubre el gran secreto de Mauricio: su verdadero
negocio. Una organización de tráfico de órganos y plasma. Diego ve en vivo y en
directo una operación donde a un hombre le están extrayendo el riñón y la
sangre. Y la novela cambia
definitivamente en éste punto, y entra en gore, mucho gore.
Cuando
Julia y Mauricio se casan (Cap 113 y 114)
El secreto revelado aleja a Diego y Julia, ya que
él la cree partícipe de la organización de Mauricio. Y Diego, preso del miedo,
no se atreve a dejar de trabajar para él. Por eso es que la boda de Mauricio y
Julia termina llegando, y es un episodio memorable ya que el casamiento es
saboteado por Santoro (Sandra Ballesteros), competidora de Mauricio en el
tráfico de órganos, sangre y plasma humana. Santoro envenena la comida de la
boda, lo que haría suponer la muerte de todos los invitados. Pero Diego
descubre lo ocurrido a tiempo, y deben trabajar a contrarreloj junto al científico Alfredo
(Daniel Fanego) para encontrar un antídoto. El episodio finaliza con Santoro
llegando a la boda, y encontrando a todos muertos… Pero al capítulo siguiente esto
se revela como una fantasía y, al llegar verdaderamente al casamiento, la
está esperando Mauricio, que la mata en un rincón de la
casa, adelante de Diego. Un casamiento apenas menos inolvidable que el de relatos salvajes.
Cuando
Diego encuentra a Paco (cap 211)
Ya en la recta final de la novela, otro momento
excelente a nivel dramático, narrativo y emocional fue cuando Diego, ya
convertido en enemigo de Mauricio, se infiltra en la casa de al lado
nuevamente, y encuentra un freezer. Al abrirlo, Diego descubre con total
sorpresa que allí dentro está Paco, su amigo, congelado. Diego cae, preso del
shock, en ese final de episodio que cierra con los créditos finales apareciendo
sobre audios en off de Diego y Paco cuando eran niños. El momento es
completamente emotivo por la crudeza de esos chicos que tenían sueños de gente
común y corriente, en contraste con la vida que ambos terminaron protagonizando
Cuando
Carolina confiesa (Cap 219)
Cerrando el penúltimo capítulo, una escena simple
en su ambición termina ganándose el ranking de los mejores momentos de la
novela. Ocurre cuando Carolina, la hija de Mauricio, pide hablar con la jueza
que está investigando a su padre y sus negocios. La acompaña a la charla
Martina, cuyo hijo era amigo de Carolina. Allí, en esa escena tan simple de
plano y contraplano, de un guion con perfecto timming en la conversación, y una
extraordinaria actuación de la entonces pequeña Malena Lucchetti, Carolina
revela que presenció cómo su padre mató a su mamá.
Cuando
llega el final (Cap 220)
El desenlace de resistiré fue todo lo que
la serie no fue. Exagerado, caricaturesco, ridículo, el último capítulo fue
antológico por su rating, su locura y su explosividad. Y cuando hablamos de
cosas que explotaron, somos literales... El final de la novela arrancó con una
bomba en tiempo de descuento, a punto de reventar la casa de al lado donde estaban Diego, Mauricio, Julia y Martina.
Pero antes que explote, nos dio tiempo para revelar que la sustancia extraña
que Mauricio comió toda la novela era el cuerpo de su tío procesado (ya que
tenía sustancias que lo ayudaban en su enfermedad). También nos dio tiempo para
mostrar que Alfredo estuvo trabajando para Mauricio en una fórmula para la vida
eterna. Y cuando Diego toma el frasco donde la sustancia de vida eterna estaba, Mauricio se tira al
piso a comerla. Y era tanta vida eterna la que comió Mauricio que su cuerpo no
la resistió. Así que vemos al villano hincharse, inflarse, hasta que finalmente…
explota. Literal. Y lo hace antes que la casa también explote, sin que Diego
llegue a escapar, y muera. O eso parece porque, tras el epílogo que muestra el después de todos los personajes,
llegamos a ¡Francia!, donde Julia está viviendo con un nuevo peinado, y donde
es visitada por un hombre llamado ¡Jean Luc!, que es Diego, que había llegado a
escapar y resguardó su identidad porque la organización de sangre y plasma
humana seguía estando allá afuera. La novela termina en sepia y blanco y negro,
con los protagonistas besándose apasionadamente, y con una vida muy distinta a
aquella con la que los conocimos.
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