El film de Damián Szifrón que estuvo nominado al Óscar a mejor
película extranjera reunía seis historias, cada una protagonizada por un pope
del mundo cinematográfico argentino. Mientras el episodio de Pasternak estaba estelarizado por Dario
Grandinetti, las ratas estaba
liderado por Rita Cortese y Julieta Zylberberg, bombita hacía lo propio con Ricardo Darín, el más fuerte con Leonardo Sbaraglia, la propuesta con Oscar Martínez y hasta que la muerte nos separe estaba protagonizado por Erica
Rivas. Y es éste episodio el que traemos a escena éste #MartesDeMomentos
El episodio que contaba de una mujer que, durante su boda,
descubre que su marido le es infiel y enloquece volviendo la fiesta un
espectáculo en sí mismo, quizás no sea el de más mérito cinematográfico, pero
sí el relato en el que el espectador mejor la pasa. Y es que la locura que
atraviesa Erica Rivas, el modo en que ella le pone el cuerpo a su Romina, la
empatía que uno logra con ella, además de un guion en el que el humor funciona
como en ningún otro de los relatos hace que éste episodio que es el más largo
de todos, sea el que más rápido se pasa. El arco dramático de hasta que la muerte nos separe es
perfecto, haciendo que Romina vaya de víctima a victimaria y que su esposo vaya
en el sentido inverso. Cada diálogo de Romina es una joya en sí. Cada pequeño
detalle en el que se parodia y se hace burla a los grandes casamientos
protocolares es también hilarante: desde la confesión por el pastrón caliente,
hasta el anillo que saca Mili, hasta el baile judío, pasando por el filmame esto, Nestor.
Y como para muestra de genialidad basta un botón, aquí les traemos
dos secuencias completamente disfrutables de éste episodio.
La primera es la popularmente conocida de filmame esto, Nestor, en la que Romina pide al camarógrafo de la
fiesta que filme a su marido llorando, luego de que él se quiebra por el
papelón que Romina le está haciendo pasar.
La segunda es aquella en la terraza del salón en la cual el esposo
de Romina la encuentra teniendo sexo con un cocinero de la fiesta, y en la que
ella realiza un monólogo impecable en el que le anuncia a su marido el calvario
en el que convertirá la vida de él. Detalle genial de ésta secuencia: al
grabarla Erica Rivas estaba con disfonía, por lo cual debió realizar doblaje a
la escena en post-producción. Debajo de la escena como salió en el film,
dejamos la secuencia tal cual estaba antes de ser doblada y editada de color.
Estamos casados. ¡Legalmente casados! Voy a dedicar mis días a acostarme con cada persona que me tire un mínimo de onda, con todo aquel que me de un gramito de amor. Y cuando vos te quieras separar, voy a tomar clases de actuación para sentarme frente al juez con cara de perrito mojado, y decirle que la estoy luchando, que la estoy luchando, así nuestro matrimonio se prolonga indefinidamente. Voy a divulgar por Facebook todos tus secretos, te voy a meter el dedo en la llaga y revolverlo hasta q llores de dolor. Vas a padecer tantas humillaciones que tu única salida va ser subirte a un banquito y tirarte por el balcón, y ahí sí… cuando la muerte nos separe, cuando TU Muerte nos separe… me voy a quedar con todo.
Allí hay algo de Olvierio Girondo, una joyita ese monólogo.
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